El decreto referido, representa una falta de observancia a lo manifestado por el presidente López Obrador quien de manera clara y contundente, reconoció la imposibilidad de prohibir este insumo pues habría una afectación a la producción de alimentos, además de que no existe sustituto del mismo a nivel global, e instruyó a que se hagan los estudios necesarios para determinar la seguridad del glifosato en un periodo de 4 años. Este decreto contraviene los objetivos y la instrucción expresada por el Presidente de la República respecto de la seguridad alimentaria, al quitar una herramienta ampliamente usada por los agricultores para asegurar la productividad de sus cultivos con el único fin de llevar alimentos a nuestras mesas. Cabe mencionar, que son precisamente los pequeños y medianos productores de la región sur, sureste del país, quienes tienen una mayor necesidad de proteger sus cultivos mediante el uso de un herbicida seguro, como lo es el glifosato.