Sistema de Manifestación de Impacto Regulatorio

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Comentario al Expediente



La iniciativa presentada por la CNBV para reducir las cuotas de intercambio bancario representa un paso crucial hacia la modernización del sistema financiero mexicano. Esta propuesta cobra especial relevancia al comparar la situación actual de México con referentes internacionales, particularmente la Unión Europea, donde existe un marco regulatorio más favorable para el comercio. El sistema de pagos con tarjeta en México se caracteriza por mantener cuotas de intercambio significativamente más elevadas que las observadas en la Unión Europea, donde las tarifas están estrictamente reguladas y mantienen topes establecidos tanto para operaciones con tarjetas de débito como de crédito. En contraste, el mercado mexicano opera con tarifas considerablemente más altas y variables, que fluctúan según el tipo de tarjeta y el giro comercial. Esta disparidad en los costos genera efectos negativos en cascada para la economía nacional. Los comerciantes, al absorber estas elevadas comisiones, frecuentemente las trasladan a los precios finales, contribuyendo a presiones inflacionarias. Además, estos altos costos operativos desalientan la adopción de métodos de pago electrónicos, obstaculizando la evolución hacia una economía más digital y financieramente inclusiva. Desde la perspectiva de competencia económica, la regulación propuesta promete múltiples beneficios. Al alinear el sistema mexicano con prácticas internacionales, se eliminarían barreras artificiales que han limitado el desarrollo eficiente del mercado de pagos. Esta medida fomentaría una competencia más saludable entre instituciones financieras, obligándolas a destacar por la calidad de sus servicios y su eficiencia operativa, en lugar de depender de ingresos garantizados por comisiones elevadas. Además, un entorno de tarifas más equilibradas facilitaría la entrada de nuevos participantes, especialmente empresas Fintech, impulsando la innovación en el sector financiero. En esencia, la propuesta regulatoria no solo beneficiaría a las Pymes, sino que representaría un avance significativo hacia un sistema financiero más moderno, eficiente y competitivo, alineado con los estándares internacionales y las necesidades de una economía en constante evolución.