
Sistema de Manifestación de Impacto Regulatorio

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1) La producción y comercialización de semillas de forma centralizada, como la que propone la PROSEBIEN no abona e, incluso, puede afectar los diversos procesos coevolutivos de cultivos y comunidades que han originado la invaluable agrobiodiversidad de México. 2) El decreto especifica que la PROSEBIEN puede celebrar acuerdos con particulares (como lo específica también para la extinta PRONASE), lo cual terminaría fortaleciendo el sector privado de producción de semillas (sí, nacional, pero privado), transfiriendo recursos públicos a actores privados y manteniendo un bien estratégico para la soberanía alimentaria en manos de empresas con lógicas capitalistas y no que buscan el bien común. 3) Considerando que han sido las poblaciones campesinas quienes a lo largo de 10 000 años han originado la agrobiodiversidad de México, así como el hecho de que los territorios más biológicamente diversos coinciden con los manejados por los pueblos indígenas y comunidades equiparables, es insoslayable que este proyecto haya sido diseñado sin la participación efectiva de estos actores, tal y como lo establece la Constitución y diversos acuerdos internacionales firmados por México (OIT 169, UNDROP). 4) Es necesario desarrollar instituciones que, considerando la diversidad biocultural del país, los conocimientos agroecológicos campesinos y los derechos de los pueblos indígenas y comunidades equiparables, puedan hacer frente a la crisis de productividad del campo mexicano, a la acelerada pérdida de bio y agrobiodiversidad y al deterioro de las condiciones de vida de las comunidades rurales. Más que soluciones centralizantes que se apoyan en actores privados, se necesita desarrollar redes de colaboración públicas e interinstitucionales que tengan como protagonistas a quienes han originado la portentosa agrobiodiversidad mexicana. No se necesitan grandes lotes de semillas homogéneas sino sistemas flexibles que permitan producir semillas adaptadas a las diversas y cambiantes condiciones de los agroecosistemas mexicanos en el contexto del cambio climático, orientados a la autosuficiencia con soberanía alimentaria y no a la atención de injustos y volátiles mercados internacionales.