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Comentario al Expediente



En relación con la NOM-253 que se ha liberado para consulta pública, considero fundamental fortalecer el numeral 8, específicamente los subnumerales 8.1.13.2 y 8.1.13.3, que abordan el uso de técnicas asépticas en la extracción de unidades de sangre y productos sanguíneos para uso alogénico. Aunque se reconoce la importancia de estas recomendaciones, es crucial abordar ciertas debilidades que podrían comprometer la seguridad microbiológica en estos procedimientos. El subnumeral 8.1.13.2 menciona el uso de "técnicas asépticas", sin embargo, es necesario aclarar qué se entiende por "técnicas validadas". La simple mención de que estas técnicas deben ser asépticas y validadas no es suficiente; es necesario especificar los criterios y metodologías de validación que aseguren la eficacia de las técnicas utilizadas, basados en literatura científica actual y prácticas internacionales. Asimismo, el subnumeral 8.1.13.3 sugiere que la povidona yodada es el antiséptico de elección, mencionando la clorhexidina únicamente como alternativa en caso de alergia al yodo. Esta redacción podría interpretarse como una restricción a la implementación de tecnologías antisépticas más modernas y efectivas, como las combinaciones de antisépticos con alcohol isopropílico, que han demostrado ser más eficaces en la reducción de la contaminación microbiana. Por tanto, sería prudente ampliar este argumento para permitir la utilización de una gama más amplia de antisépticos, respaldada por evidencia científica que destaque su superioridad en términos de eficacia y seguridad. Finalmente, un aspecto crucial que se debe considerar es la posible contaminación intrínseca de los antisépticos. La literatura científica ha documentado casos en los que antisépticos, lejos de prevenir infecciones, se han convertido en fuentes de contaminación. Para mitigar este riesgo, es indispensable que los antisépticos empleados sean no solo validados en términos de eficacia, sino también que se presenten en forma estéril, es decir, que hayan sido sometidos a un proceso de esterilización. Este enfoque garantizaría una mayor seguridad microbiológica durante la recolección de sangre, especialmente considerando que la antisepsia es el primer paso crítico en la punción venosa. Por todo lo anterior, invito a que se revisen y amplíen estos subnumerales para incorporar estas consideraciones, basadas en la más reciente literatura científica y en prácticas que aseguren la máxima seguridad para los donantes y receptores de sangre.