El Istmo de Tehuantepec ha sido objeto de múltiples proyectos de desarrollo económico y social a lo largo de los años. Desde la presidencia de Porfirio Díaz se vislumbraba un proyecto regional de alcance mundial, sin embargo, más de 100 años después, al inicio de esta administración federal, seguía sin materializarse. El Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT) es un proyecto prioritario de este sexenio que transformará esta región de 79 municipios entre Oaxaca y Veracruz. Se parte de la premisa de que la apertura comercial de nuestro país, así como el comercio global, se traduzcan también en beneficios palpables para las comunidades del Istmo. Es fundamental para el Gobierno de México, a través de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), establecer y vincular mecanismos formales de ordenamiento y planificación territorial para el largo plazo en la región. A través de modelos que guíen el crecimiento urbano en los asentamientos humanos, que promuevan la inversión, tanto pública como privada, y que, con el mismo empeño, se orienten al desarrollo social, económico, urbano y ambiental de las comunidades, se busca abonar a que el CIIT sea un referente de desarrollo territorial en todo el continente. La planeación y el ordenamiento territorial, promovidos por el Estado, se habían mantenido al margen durante sexenios anteriores. Los procesos de urbanización, el escalamiento de las políticas públicas y de estrategias de intervención en el territorio quedaron a un lado, generando territorios abandonados y una población excluida del desarrollo. A través del Programa de Ordenamiento Territorial de la Región del Istmo de Tehuantepec (POT-RIT), la Sedatu promueve un modelo estratégico del territorio, que señala las oportunidades y debilidades de la región, con el fin de resarcir las grandes desigualdades socio-territoriales. Este modelo fungirá como un instrumento base para el ordenamiento territorial que respeta a los pueblos y comunidades originarias, así como a las áreas con valor ambiental y productivo, en las que se promueva una ocupación del territorio acorde con sus aptitudes y capacidades. En un proceso de consulta ciudadana sin precedentes, el presente instrumento, es fruto de la coordinación y participación de los tres órdenes de gobierno, organizaciones de la sociedad civil, representantes de la academia y de la ciudadanía en su conjunto que, con su participación y retroalimentación en talleres, foros, encuestas y mesas de trabajo, expusieron y propusieron acciones a considerar, pero sobre todo nos compartieron su visión sobre los retos y oportunidades que se vislumbran para la región. En el marco de uno de los proyectos prioritarios más importantes de este Gobierno, en una de las regiones con gran historia, diversidad cultural y tradición, pero también con grandes retos sociales, subrayamos que la nueva orientación de ordenamiento del territorio se rige por el noble principio de lograr el bienestar general de la población y de las próximas generaciones.

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