México, como país con responsabilidad global, pacifista y comprometido con la prevalencia del derecho internacional, la solución pacífica de las controversias y la igualdad jurídica de los Estados, que además comparte 3 mil km de frontera con el único país que ha detonado armas nucleares, ha sido uno de los actores más vocales en oponerse a las acciones que significan una preparación para la guerra, la amenaza de uso o el uso de la fuerza, y el dispendio de recursos destinados al desarrollo de armas que ponen en riesgo la supervivencia misma de la humanidad, postura que le ha brindado gran prestigio internacional desde la gestación misma de las Naciones Unidas. A pesar de ser un país que no posee armas nucleares, México está consciente de los devastadores efectos a corto y largo plazo que una detonación nuclear puede causar en la población y el medio ambiente a nivel regional y global. Asimismo, la vinculación al Tratado de Prohibición de las Armas Nucleares es congruente con la quinta Meta del Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, al confirmar que nuestro país es un actor responsable, activo y comprometido en el ámbito regional y multilateral al impulsar de manera prioritaria temas estratégicos de beneficio global y compatibles con el interés nacional, además de honrar el lugar que México históricamente ha tenido en la comunidad internacional, como un país solidario y comprometido con las mejores causas de la humanidad, en este caso con el desarme nuclear.