Ignacio E. Parra De La Tijera como productor de Bebidas Alcohólicas, con domicilio en Aldama 220, Col. Guerrero, Delegación Cuauhtémoc, México, D.F. quiero externar un comentario al proyecto de norma NOM-070-SCFI-2015 haciendo valer el derecho que nos otorga el artículo 8 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Quiero señalar que según la región del país, la historia cultural, los usos y costumbres, así como la manera en la que los productores, maestros mezcaleros, vinateros, palenqueros, aguardenteros, taberneros, vinomezcaleros se articulan en los mercados, se adopta un vocablo u otro como representativo de su quehacer para el ramo de la producción de bebidas alcohólicas elaboradas con plantas conocidas indistintamente como de mezcal, de maguey o de agave. Las referencias prehispánicas y coloniales señalan como la planta de agave y señalan la bebida alcohólica producida como mezcal. Se tiene evidencia histórica, arqueológica, etnobotánica, etnohistórica, biológica y antropológica que señala a los agaves y al mezcal como elementos de naturaleza y de relevancia cultural; pero todavía más, esa naturaleza ha sido culturizada hace mucho tiempo. Ya lo señala la cultura popular a través de la canción de “Cocula” la cual señala a la letra “De Cocula es el mariachi, de Tecalitlán los sones, de San Pedro su cantar, de Tequila su mezcal, y los machos de Jalisco, afamados por entrones, para eso traen pantalones”, esto para señalar que el Tequila se ha conocido desde siempre como un Mezcal. El nombre de la planta “agave” y “mezcal” no tiene por qué ser de uso exclusivo, por el contrario, son una herencia que se enriquece día a día, y debe ser del común. Parece incomprensible el establecimiento de las Denominaciones de Origen Mezcal y Tequila como una estrategia para distinguir los productos de un territorio específico, esto supone la privación de un derecho anterior de las comunidades indígenas y desecha el uso de la biodiversidad a un puñado de plantas de agave, buscando solo una ventaja competitiva en el mercado. Perdiendo el sentido elemental que es la elaboración de la bebida alcohólica conocida a lo largo y ancho del país como mezcal. Por todo lo antes expuesto y fundamentado, solicito se otorgue la Denominación de Origen Mezcal para las 32 entidades federativas, siendo una herencia social mexicana que debe de valorarse e enriquecerse. Agradeciendo la atención que se tome a la presente. Atte. Ing. Ignacio Eduardo Parra De La Tijera